El logotipo de la Alianza

El emblema de la Alianza tiene su origen en una moneda hebrea acuñada por sacerdotes judíos como parte de un sistema económico clandestino en Jerusalén hace aproximadamente 2000 años (66 o 67 d. C.). Esta moneda lleva inscrita la frase “Santa Jerusalén” en escritura hebrea antigua, en lugar de la lengua griega contemporánea, lo que sirve como una afirmación desafiante de su identidad judía y refleja su decisión de acuñar estas monedas de forma independiente como una declaración política y una manifestación de identidad nacional. Se cree que esta moneda se utilizó con fines fiscales dentro del Templo y también jugó un papel en la economía interna durante la revuelta. En ese momento, la autoridad para acuñar monedas estaba en manos exclusivas del emperador romano, que solía adornar dichas monedas con su imagen junto con representaciones de animales.
La moneda presenta una ilustración de tres granadas en un bastón, mientras que su reverso muestra un cáliz, similar a los que posiblemente utilizaban los sacerdotes en el Sagrado Templo.
Además, lleva la inscripción “medio siclo” junto con la letra aleph, que significa el año inaugural de la resistencia contra el dominio romano.
El anuncio sobre el descubrimiento de esta moneda coincidió estrechamente con la celebración de Tisha B’av en Israel, uno de los días de duelo más solemnes dentro del calendario judío que conmemora varios eventos significativos, incluida la destrucción romana del Templo de Jerusalén. Este artefacto no sólo simboliza la nobleza judía, sino que también sirve como un potente emblema que representa la resistencia contra Roma y contra la tiranía, para toda la humanidad.

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